En solidaridad con el Club de Periodistas de México A.C.
La crisis de violencia que vive el periodismo en México contabiliza en lo que va del año la cifra trágica de tres periodistas asesinados y 148 en el siglo XXI según Artículo 19. cifras con las que hemos ganado el mote del país mas peligroso para ejercer el oficio. Esta negra estadística Ilustra la realidad de un país que cierra los ojos a la comisión u omisión de las diversas variantes que alientan la violencia: intolerancia, censura, omisión e impunidad, cabalgan de manera transversal a lo largo y ancho de México adoptando formas diversas, algunas encubiertas bajo el manto del entorno laboral. Otras, asumen la forma de ejecuciones sumarias en público. Y eso que no se contabilizan a los que hemos sido amenazados por funcionarios públicos y sufrimos la censura encubierta o bien el estigma y condicionamiento de amistades, afinidades o bien la censura y nula difusión de los libros publicados. La vulnerabilidad de la prensa en México raya en un estado de indefensión con muy pocos casos de periodistas asesinados resueltos; pero mas bien acusa también la escasa cultura del respeto a los derechos humanos poco promovida en México en los entornos educacionales.
¿Pero cual es el daño en realidad de una sociedad desinformada e intimidada? La prensa en los países con crisis de gobernabilidad, ha sido un factor clave para los cambios y las transformaciones ¿Qué hubiera sido de Colombia sin la pluma crítica de don Guillermo Cano, director del Espectador, el diario donde Gabriel García Márquez colaboró durante mucho tiempo, que se enfrentó al Cartel de Medellín con sus editoriales críticos clamando por detener a estos delincuentes?; a Pablo Escobar y sus sicarios que al fin de cuentas lo asesinaron un 17 de diciembre de 1986. O bien de Tijuana sin el Semanario Z que dirigía Jesús Blanco Ornelas que puso en la picota de la sociedad tijuanense el imperio del narcotráfico y el lavado de dinero de la familia Arellano Félix, y vio caer a Héctor Félix Miranda y Francisco Ortiz Franco en 1988 y 2004 respectivamente, a dos de sus mejores críticos, mientras donde Jesús sufría un atentado el 27 de noviembre de 1997 y como consecuencia de los 4 disparos, pese a que salvó la vida muriera en 2006. ¿Y de México sin Manuel Buendía, uno de los hombres mejor informados de México, sin su Red Privada, aquella columna que publicaba en Excélsior al que asesinaron en un estacionamiento en 1984?; casualmente lo primero que se llevaron los que analizaron la escena del crimen fue su expediente donde guardaba los archivos de sus diversas investigaciones sobre la clase política mexicana. ¿Qué sería hoy de México si todavía existiera PISA que controlaba la venta de papel a los Medios disciplinados que aceptan los titulares que “Sugería” Gobernación? De tantos periodistas independientes que sobrevivimos gracias a la internet.
Y si vamos a entornos cuyas sociedades han avanzado mas de prisa, cabría la pregunta ¿Cuantos jóvenes norteamericanos habrían muerto en Vietnam si en 1971 el New York Times y otros medios no hubiesen publicado los Pentágono Papers: una síntesis Informe McNamara donde se daba cuanta de las guerras que sostenía EEUU y constaba que el gobierno de Lyndon B. Johnson sabía que no ganaría y que pese a ese diagnóstico se seguía enviando jóvenes a un matadero? ¿O la caída de Nixon acusado de espiar a Mediante el Watergate a sus contrincantes políticos?
Sin duda en México el poco avance, es en gran parte de la culpa está en la inexistencia de contrapesos reales que promuevan la libertad de expresión. De medios independientes que sean propiedad de periodistas. Como el Espectador propiedad de los Cano, una familia de periodistas que sobrevive por mas de un siglo. O el Semanario Z, que para evadir las restricciones del gobierno en la venta de papel se imprimía en San Diego. No de empresarios que mediante la crítica presionen al gobierno a cambio de concesiones. Medios que pagan a los profesionales un salario de hambre y les condicionan los ingresos por el de publicidad. Queda muy pocos medios controlados por periodistas en realidad. De eso vestigios quizá a principios del siglo XX sobrevivía Excélsior el que Regino Díaz Redondo entregó al beneplácito del gobierno de Carlos Salinas y que pudo haber sido rescatado por Vicente Fox; pero en realidad en vez de préstamos y exenciones a la Cooperativa, le hundió para entregarlo a Olegario Vázquez Raña.
Pero también, ahí tiene usted una débil Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que poco ha evolucionado desde los tiempos Oscuros de Mirelle Roccati en 1997, una gris abogada que se dedicaba a justificar las arbitrariedades del gobierno. Los que hemos sido víctimas de persecuciones como un servidor sabemos los síntomas cuando hay consignas en contra nuestra. Y mire, es por eso le comparto en estas páginas un vergonzoso resolutivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de 1997, parapeto de impunidad, que un servidor llevó durante dos años ante este organismo. ( léalo completo en https://www.linkedin.com/posts/hugo-sergio-gomez-smith-85944326_resolutivo-cndh-1999-activity-6892531527612272640-PKgf ) Si algún abogado acucioso analizara el sesgo que tiene estos planteamientos se dará cuenta que la defensa de este caso iba orientada a justificar la arbitrariedad de los funcionarios acusados. ¿Quien va a confiar en un organismo que todos saben esta promovido por el gobierno? ¿En un organismo que justificó una intromisión violenta en mi domicilio con mi esposa convaleciente?; ¿de haber suspendido la atención médica a mi familia en una situación critica?; ¿quien va a confiar en un organismo que en plena confesión ante el Órgano Interno de control de Pemex Refinación de que fue por haber promovido opiniones críticas contra la empresa en el diario El Financiero. De que pese a que el dichoso Órgano de control encontró en expediente que se habían violentado todos los procedimientos administrativos no recomendó ninguna acción en mi favor. Esa evidencia y confesión me relevaba de cualquier prueba. Se lo dejo para que usted lo analice y reflexione sino tuve razones e iniciar mi propia lucha en los medio busca de informar a la sociedad de las arbitrariedades en el medio marítimo, pese a vivir en un país que no puede-o no quiere- proteger a los periodistas.
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