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Los sindicatos de estiba , a 30 años de la requisa del puerto de Veracruz

La evolución de los buques mercantes, trajo una nueva necesidad a los puertos:  los estibadores; nuevos actores que poco a poco se fueron constituyendo como una poderosa fuerza laboral que pasó a controlar gran parte de los flujos de mercancías mediante sindicatos de diverso orden que poco a poco se fueron aliando con los poderes fácticos. Tan fuertes llegaron a ser que ni en Estados Unidos han podido controlar su influencia  obrera aglutinante de  decenas  de miles de trabajadores. El mundo aun recuerda en 2015, la huelga que paralizó 29 puertos de la costa oeste del poderoso vecino del norte. Tan grave fue que  el presidente Obama envió a su secretario de comercio a mediar en una huelga que mantenía paralizado Long Beach: se les quería imponer el trabajo nocturno y extender sus días laborables a los sábados. Al final vencieron los trabajadores sacando partido de la huelga. Igualmente en Francia Nicolás Sarkosy, en 2010 probó el poder de los sindicatos en los puertos petroleros de su país con varias semanas de parálisis. En México durante 1991  se tuvo que recurrir al amago del ejército para imponer  la figura de la requisa  y sacar a los estibadores del puerto de Veracruz, para ser entregada la concesión a poderosas empresas de estiba trasnacionales. Han pasado 30 años de aquellos eventos y los viejos estibadores aun  marchan por as calles añorando aquellos tiempos que en se podía sustraer carga de un contenedor.

La vieja  estiba, un trabajo rudo con intereses mafiosos

Y es que la estiba es un trabajo rudo donde antaño se empleaba la fuerza bruta para cargar y descargar barcos mediante complejas maniobras que eran ejecutadas a veces por marinos que trabajaran durante muchos años en los barcos y se habían retirado a tierra firme. Su actuar mafioso fue estigmatizado en películas como Nido de Ratas que se tradujo al español como La Ley del Silencio que dirigió  Elia Kazan y protagonizara  Marlon Brando donde pone en escena a Johnny Friendly, el líder de un sindicato que maneja a sus trabajadores mediante métodos violentos. Mientras en México, en 1987 se filmara  Muelle Rojo que cuenta la historia del Isauro Alfaro , el viejo líder que fundara al Gremio Unido de Alijadores de Tampico protagonizado en el film por Eric del Castillo y Manuel Ojeda como actores principales.La película  culmina con le asesinato del líder obrero “ En aquellos tiempos las diferencias entre gremio se dirigían a balazos” me contó hace algún tiempo en entrevista el almirante retirado y hoy investigador de la Universidad Autónoma de Tamaulipas Carlos Magaña”  quien fuera  enviado a Tampico a reorganizar el puerto que estaba bajo el poder de agiotistas y en medio del huracán Inés vivió un violenta transición. 

Veracruz cuna de los sindicatos portuarios 

La historia del los sindicatos y agrupaciones gremiales  en México va hermanada con  la  del sistema político del país. Utilizados durante décadas  como brazos operativos del corporativismo electoral,   hicieron  acopio de una influencia que fue creciendo hasta formar la Confederación de Trabajadores de México (CTM),  poderoso  organismo que representaba Fidel Velásquez, quien en alusión a la disciplina que imperaba en las filas del PRI acuñara  la  deslavada frase “el que se mueve no sale en la fotografía”. Un  principio que aplicaba en la  elección de presidentes, senadores, diputados y demás alfiles del Sistema y que hoy es historia; pero en Veracruz se rompían muchas reglas. Los trabajadores, llegaron a tener un enorme influencia  económica  y política  que  se reflejaba en el reparto de las cuotas de poder. Siempre tenían en el cabildo de ayuntamiento local,  regidores y  síndicos. Ese poder los ensoberbeció aunado a la corrupción empezó el robo hormiga de carga y la desaparición de contenedores y el puerto se tornó inseguro, amén de que prevalecía el cuijismo . Una práctica nefasta donde cada socio tenía a su servicio varios eventuales  que trabajaban por ellos. Incluso tenían que trabajar turnos gratis para que les siguieran dando trabajo. Ese viejo régimen para el cual los  líderes dejaron de ser útiles y desechables  al dar un giro el entorno económico vio su fin con la requisa . Inició entonces la estrategia de sometimiento a un nuevo orden sindical. Más débil, más sumiso, más comprometido con las causas empresariales,  donde ahora convive en hombre más rico del mundo con 60 millones de pobres. 

Salinas, el plazo fatal 

Y es que Salinas les  dio  la oportunidad de sobrevivir,  pero no fue escuchado Ante los robos y desaparición de contenedores decretó   45 días para reestructurar  la empresa  operadora del puerto de Veracruz y volverla mas eficiente Un hecho que era seguido por los medios de comunicación como si fuese un plazo fatal . Día con día  llevaban la cuenta regresiva .Nadie pensó que la medida se llevaría a cabo. Creyeron que era solo un susto. Esa  empresa de servicios portuarios la había  fundado el mismo gobierno pero se les dio a los trabajadores. Ellos eran los que regían, desde  gerente administrativo,  todos los que estaban ahí en puestos claves hasta el contador general y claro  hubo malos manejos; hubo quien paró- a solicitud de ellos mismos- en la cárcel. Los sindicatos  controlaban el puerto, aunque a veces amenazaban con huelgas. Un sindicato tenía el poder de parar el puerto de 5 ó 8 días hasta conseguir ver al gobernador que negociaba plazos de acuerdo a los tiempos electorales Era cuando se acordaban realmente de que existían el trabajador.

La requisa de Veracruz, instrumentada por Roberto Rio Ferrer ex vocal ejecutivo del organismo Puertos Mexicanos, quien dio  un golpe certero a los sindicatos que mantenían un control simplemente cuando dejaron de ser útiles al sistema que les dio vida, tal como sucedió con la Quina en los albores del sexenio de Carlos Salinas. Roberto Ríos Ferrer,  aprovechó el descontento de los viejos trabajadores eventuales para evitar que se paralizara el puerto. Les prometió que al salir los otros trabajadores rebeldes, serían ellos los que ocuparían sus plazas  como trabajadores de planta y socios de la empresa.Llegó ademas con un equipo que armó con muchos funcionarios de los demás puertos que le dieron su respaldo. Incluso con el apoyo del ejército que preveía posibles enfrentamientos que por fortuna no se dieron.  Mientras se armaba en Silencio la estrategia para sacar a los trabajadores del puerto Los trabajadores eventuales se confiaban y rencorosos al verse respaldados por el gobierno, les escupían a la cara a los capataces pensando que esa época había terminado. Poco a poco las concesiones fueron entregados a grades empresas trasnacionales que mantienen al puerto a nivel de competencia de alto nivel pero con privilegios exagerados como la renovación reciente de la concesión sin una revisión previa de las condiciones acordes a la nueva era. Muchos de los trabajadores que apoyaron la requisa nunca fueron tomados en cuenta para las nuevas contrataciones. 

Tampico, la cooperativa de los Alijadores 

El otro puerto emblemático operado por trabajadores   era Tampico, concesionado   al Gremio Unido de Alijadores que había sido rescatado de manos de los usureros por el almirante Antonio Vázquez del Mercado. Este grupo  en un principio  era contratista,  todavía no tenían la concesión,  la tenía Ferrocarriles Nacionales y ellos  la sub concesionaban  a Alijadores. .Entonces según señaló el Ingeniero Carlos Magaña  se hacia una trampa ostensible:  la concesión  que tenia otorgada ferrocarriles lo obliga a pagar el 12% a la Federación  como contra prestación,  entonces ferrocarriles al sub concesionario, les trasladaba la obligación de pagar el 12% al gremio y entonces  que  ferrocarriles de ese 12% que recibía del Gremio para la Federación le cobraba el 12% .así que en realidad era el 1.44 era lo que le entraba . O sea se  pagaba el 12 de 12 y Ferrocarriles quedaba con el resto, pero se lo cargaban  al usuario que pagaba    13.44% y aún había un 5% para mecanización que lo manejaban los agentes aduanales junto con los  agentes  navieros y era un dinero que nunca se sabía donde que daba y entonces yo llegué viendo todo eso y tomando nota  y armé una estrategia. Me pude dar cuenta que los barcos todavía no salían de Europa y ya se habían pagado las descargas por parte de los prestamistas que eran los mismos usuarios del puerto. -Me decía Magaña -Tú eras agente naviero o aduanal y  yo soy el Gremio y necesitaba dinero para pagar la raya de esta semana entonces  me dices- viene tal buque  y trae mil toneladas  de acero,  págame la descarga por  adelantado y entonces se abría una cuenta que decía “Préstamo a cuenta de Maniobras” .Pero como eran maniobras anticipadas causaban un interés y los intereses eran del 10% semanal y agentes aduanales y navieros eran los que prestaban la lana, amén de otras gentes distinguidas de Tampico

La turbulencia de una reforma al liderazgo del Gremio Unido de Alijadores 

 Ya con la instrucción del secretario de Marina, Antonio Vázquez del Mercado de iniciar  un seguimiento a las deudas se garantizó  el pago de los trabajadores y en una    Asamblea que se llevó a cabo en medio de la turbulencia del Ciclón Inés  que arrasaba Tampico fue depuesto el Consejo de Administración que encabezaba Francisco Martínez aunque Gómez Castillo es excluido de la directiva y concentrado en México Paralelamente se estaba cambiando de concesionario de las operaciones del puerto de Tampico que pasaban de manera directa al Gremio Unido de Alijadores con la condición de que aceptaran la intervención contable para garantizar el pago de las deudas de las cuales sólo se reconocería la suerte principal. Además de desaparecer las graves anomalías como la tienda de raya que pagaba  a los trabajadores con alimentos. 

Así ya con la concesión del puerto de Tampico, Gremio Unido de Alijadores consolidó una enorme influencia que llevaron a su líder de los trabajadores portuarios locales  a integrarse a la poderosa maquinaria gubernamental y a ostentar desde diputaciones hasta la alcaldía del puerto y en un momento determinado a ser operador del puerto de Altamira.Sin embargo al caer otros lideres sindicales como Joaquín Hernández Galicia y Jonquitud Barrios El primero de los líder de los petroleros, el segundo de los maestros.  La señal estaba clara :había muerto la era de la fortaleza sindical. Alijadores fue invitado “cordialmente” a pasar a asumir la operación de Tampico que estaba previsto entraría en una fase de declive  que ya se percibe  e inevitablemente los haría entrar en una crisis económica que hoy vive con la venta de sus principales  propiedades y terrenos. Convertidos a exigencias de la Ley de Puertos publicada en 1994 en una sociedad  mercantil aparte de los beneficios que un día les diera el ser una cooperativa, la cual también deja el libertad a las empresas de maniobras portuarias de contratar libremente a su personal, lejos de cualquier poder sindical.   

La automatización y los contenedores pusieron fin al sindicalismo portuario 

Sin embargo a principios de los años noventa, los cambios en el paradigma de la movilidad de carga fue apagando el viejo poder sindical con la llegada del contenedor. Hizo su aparición una nueva fuerza laboral mas aplicada al uso de la tecnología y los puertos mudaron su visión simple punto de carga y descarga a la aplicación de un exigente  intermodalismo que no es mas que la combinación de diversas maniobras apoyadas con poderosas grúas de pórtico que mueven . Vinieron los buques carentes de grúas abordo y las maniobras se automatizaron,  Ya no era factible depender de la fuerza bruta ni de ningún sindicato pues las lineas navieras ponían como condición niveles de productividad en los muelles y tiempos limites para su estadía.Se formaron empresas de estiba altamente especializadas que hoy ostentan las sub concesiones dentro de los puertos Nacen ya en los puertos mas avanzados del mundo la automatización y robotización de las descargas de los buques. Los operadores de las grúas  son expertos técnicos que ya no dependen de la fuerza bruta para movilizar un contenedor. Desde la requisa se han terminado las amenazas de huelga aunque hay que decirle también existe el abuso de las empresas sobre la fuerza laboral. No hay compensaciones por muchas maniobras peligrosas. No existen sindicatos de confrontación. Solo sindicatos blancos que cada año pactan las pequeñas concesiones que las empresas de estiba les quiten dar. El péndulo de fue de un extremo al otro. Solo que hoy en lugares como Manzanillo y Lázaro Cárdenas los trabajadores portuarios viven la otra amenaza del narco que en muchos de los casos los aborda en sus casas amenazándoles para que les ayuden a sacar tal o cual contenedor.

El otro lamento, es el de los viejos trabajadores portuarios que sobreviven  a la Requisa. Cada año marchan por las calles de Veracruz portando pancartas. Reclaman que las empresas ICAVE, CICE, OPG y CTV deben pagar” por lo que, según los activistas, “les robaron en 1991”. también reclaman como patrimonio, el edificio de la Administración Portuaria Integral de Veracruz (APIVER), cuentas bancarias y otros inmuebles que según ellos sumarían un total de 30 mil mdp, es decir, unos mil 485 millones de dólares a valor presente. Todavía quieren sacar jugo a aquel viejo sueño. El que se extingue como una tenue luz que formara la aureola de los puertos. El de los viejos cargueros cuyas arboladuras son hoy una fantasma que añoran el ir y ver de cientos de trabajadores que andaban  con sus potentes maquinarias subiendo y bajando mercaderías de los buques apurando con sus gritos e improperios las maniobras. Fue un viejo estilo portuario que solo volveremos en ver en los cines de época, en películas como Nido de Ratas y  Muelle Rojo. 

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