Hay un debate en los cenáculos del servicio exterior mexicano por el nombramiento anunciado de Quirino Ordaz, exgobernador de Sinaloa como embajador de México en España. Lleva una misión harto difícil: rehacer aquella vieja relación amistosa  tan deteriorada por las diatribas presidenciales: dicen que carece de experiencia diplomática; que hay otros adelante en la lista con mas méritos; pero ¿cuándo ha demandado el cargo de embajador  el requisito obligado de la experiencia en el ramo? : Díaz Serrano fue embajador de México en Rusia y no sabía ni papa, el oscuro-no solo de la piel- Fidel Herrera-se fue como cónsul a Cataluña; Beatriz Paredes a Brasil, Alfredo Baranda, aquel que fue coordinador de  Puertos y Marina Mercante y  que pensaba que cuando se cerraba un puerto era porque el capitán a cargo le ponía un candado a un portón estuvo al frente de la embajada en España. Así le puedo enumerar un largo etcétera. Mas que un cargo diplomático las embajadas son a veces un instrumento para políticos en el exilio dorado.  

Ahora que depende también del interés de cada presidente, pues por esa embajada han desfilado también una serie de notables personajes de la cultura y el arte, como Amado Nervo, Alfonso Reyes, el recién fallecido Enrique González Pedrero y diplomáticos de carrera como Ramón P. Denegrí, aquel que ocultaba la P. de Pérez porque decía que le quitaba glamour a su apellido. Quien haya leído el Vendedor del Silencio de Enrique Serna-criticado por muchos periodistas que conocieron esta historia-se deleitará con las tropelías de su hijo Carlos que iniciaba su entrenamiento vendiendo los cuadros de la embajada y traficando con pasaportes durante la Guerra Civil de España. ¿Quien hubiera dicho en aquel tiempo que ese jovenzuelo tan transa iba a llegar a ser considerado un día, según Julio Sherer, el mejor y el mas vil de los reporteros del México? Se documenta su trabajo desde la época de Miguel Alemán  hasta que por órdenes de Echeverría fue corrido prácticamente de Excélsior: Muchos aprendieron de él entre ellos Manuel Mejido y Olga Moreno ya difunta.   

Sin embargo, recomponer esa vieja relación no será cosa fácil, pues este tipo de fracturas son igual que cuando se rompe un jarrón de porcelana: se pega, pero nunca queda igual. Así que don Quirino va a España de Kola Loka-ese pegamento que pega de locura, no vayan a pensar mal- Y que para el caso a la gente de los puertos si nos interesa que esa relación mejore, pues entre los puertos españoles y los mexicanos siempre hubo entendimiento. Vienen desde la formulación de la Ley de Puertos de México que es casi una copia de la española. Además los puertos mexicanos han importado conceptos como los de la fallida Marca de Garantía, la integración de una Comunidad Portuaria, los de puertos sin papeles y hasta el Short Sea Shipping que llamamos flamantemente carreteras del mar. Hay convenios de colaboración firmados desde Alejandro Chacón que se quedaron en el vacío. Bien haremos en revivir esa relación; pero con ganas de aprovecharse. No solo que quede en el archivo muerto: Los puertos mexicanos demandan proyectos mas allá de el reciclaje   de viejas y oxidadas proclamas. Se dice en el argot de los profesionales portuarios que los puertos de Estados Unidos mueven mas carga mexicana por lo puertos de la frontera americana, que los puertos mexicanos de Altamira Tampico y otros. Ese es el gran problema.  Por cierto la mujer uniformada de la foto es la ex directora de Fidena Claudia Porras, no la vaya a confundir con alguna capitana de prestigio. Lo que hay que hacer para buscar hueso: hasta disfrazarse; pero qué podemos esperar, lo que caminan a su lado van con los ojos bien cerrados ¿Qué nadie le hizo ninguna observación?