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Pemex Internacional, el mercado Internacional de barcos en tiempos de corcholatas 

Buques gasero Nuevo Laredo uno de los prototipos ideales de Pemex

Alguna gente cercana al presidente Obrador o no está bien informada o está aprovechando el momento de exaltación patriótica para retornar a viejas formas que tanto dañaron a la paraestatal. Y me refiero al reciente anuncio de la desaparición de Pemex Internacional (PMI), un organismo que le brinda a Petróleos Mexicanos (Pemex) flexibilidad operativa en un mercado que puede ser alterado repentinamente por causas externas. Ejemplos: una guerra, una sequía o simplemente la importación de hidrocarburos (gasolinas). O una variante en el precio internacional del petróleo.  Y la extinción parece justificada bajo el señalamiento de que ahora Pemex ya no venderá petróleo crudo, sino que refinará en el país sus propios hidrocarburos e incursionará en el mercado de los derivados y petroquímicos. Será, según se dice, autónomo en muchos rubros. Se busca, en teoría un propósito muy noble: la Soberanía Energética.  Visto desde el punto ideológico suena bien que aprovechando el huracán que ha barrido con todos los organismos autónomos y fideicomisos, se acabe con este instrumento o empresa que opera con las reglas de la iniciativa privada.  Ahora, ¿qué tan factible es centrar todas las actividades en un organismo gigantesco como es Pemex? Significa volver a los tiempos de la gran pirámide, en que para llegar a la punta y obtener una firma era verdaderamente un acto heroico. O bien a reuniones maratónicas en comités a los que hay que explicar a cosas que no entienden. Autorizaciones que se logran, cuando ya se han ido los negocios y desaprovechando los costos de oportunidad de algunos bienes como los barcos. A los que me referiré a lo largo de este texto como una continuación del anterior publicado en este espacio. Y le doy ejemplos de la toma de decisiones expedita.

Buques Ahkatum, vendido al consorcio Solvangs durante el sexenio de Ernesto Zedillo

 La caída de Diaz Serrano, la guerra entre corcholatas en la era de López Portillo  

Creo que para entender el presente no hay como remitirse al pasado. A las grandes decisiones que basadas en asesores burocráticos, han causado graves daños a este país. Mire, para eso vamos del museo de la memoria y rescatemos un momento sublime.  Durante el mandato a José López Portillo (JoLoPo), México pasó del lugar 44 al cuarto lugar entre los países exportadores de petróleo. Obviamente que despertó envidia de sus competidores, principalmente los árabes que en una estrategia de quitarle a Pemex sus clientes disminuyeron en 4 dólares el barril de petróleo que ofrecieron al mercado internacional, que al saber sus clientes inmediatamente pidieron el mismo trato. Díaz Serrano informó a López Portillo quien le dijo que convocara una reunión con el gabinete económico. Es decir, Hacienda, Patrimonio y Fomento Industrial y otros; pero los clientes requerían respuesta inmediata y Díaz Serrano no tuvo tiempo de atenerse a las viejas formas y tomó la decisión de manera unilateral. Eso le costó el cargo, pues la pugna en el gabinete que ya avizoraba la sucesión y querían eliminar a quien se había destapado como una gran corcholata, le metieron zancadilla pues se quejaron con JoLoPo. Otro aspirante, que se creía corcholata en potencia, José Andrés de Oteyza, que en el sexenio de Peña Nieto fungió como presidente de la constructora española  OHL,  apareció muy horondo en las cámara de TV anunciando que al contrario se subirían los precios en dos dólares y señalo:  “ Al cliente que no lo acepte, no se le volverá a vender” Los árabes se pusieron felices por aquella estupidez que le costó a México perder la exportación de un millón de barriles de petróleo, pues bajó de un millón trecientos mil a solo su resto. De ahí se desató una de las peores crisis del siglo XX pues la moneda en un trecientos por ciento. ¿A que voy con esto? A que las decisiones en el mercado del petróleo demandan decisiones también inmediatas. 

José López Portillo, durante su mandato Pemex triplicó su tamaño y adquirió un gran numero de buques gaseros en el mercado internacional, la triangulación por la compra de dos de ellos, Ahktaum y Cantarell llevarían a Diaz Serrano a pasar cinco años en la cárcel

México entra al mercado del gas licuado

Mire uno de los grandes conflictos con Estados Unidos, que vivió López Portillo, con Estados Unidos, fue la ocasión en que valiéndose de sus buenas relaciones con los petroleros texanos, Díaz Serrano negoció vender gas mediante un gasoducto que iría de Chiapas al sur de Estados Unidos, del lado de Tamaulipas,  proyecto que sería financiado por consorcios estadounidenses y se acordó un precio de 2.60 por millar cúbico; pero ya iniciada la obra  el secretario de energía de ese país Arthur Schlesinger , se opuso a un precio ya negociado y pidió que se fijara en 2.25 a lo que México reaccionó reorientando el proyecto hacia Nuevo León: le quedaba claro a López Portillo que lo único importante en la relación bilateral para el vecino país era el petróleo. Debe señalarse que, para poder concretar este proyecto, Díaz Serrano negoció con la Quina la flexibilidad sindical, pues el gasoducto cruzaría diversas jurisdicciones seccionales y se avizoraban conflictos. Así que le ofreció a cambio, la construcción del dique seco de Ciudad Madero que se había venido pidiendo desde la presidencia de Ruiz Cortines. La Quina accedió y ambos cumplieron menos los norteamericanos.  El dique se inauguró en 1983; pero la ruptura con los petroleros texanos trajo al país un cambio en la estrategia en la comercialización de hidrocarburos: la necesidad de exportar el gas vía marítima y comprar barcos. Así que se salió  a buscar en el mercado contratos para barcos existentes: y se encontró en los astilleros La Sur de Mere de  Francia,   los cascos,  1415 y 1416 que serían abanderados en México como Reynosa y Monterrey ( La organización Marítima Internacional  clasifica los buques por número de casco ); y en Bélgica  Los cascos 1500 y 15001 que serían abanderados en México como Cantarell y Ahkatum y cuya triangulación en la compra llevaría a Diaz Serrano a pasar cinco años en la cárcel; pero ese tema  será motivo de otra historia. Sin embargo, en los puertos de México vive una paradoja: los puertos más profundos están en el Pacifico y el petróleo en el Golfo, así que se han instalado monoboyas con buques fondeados, pero nada explica del porque se compraron estos cuatro barcos pues no se podían cargar al 100% en puerto, sino que a veces habrían de terminar de cargarse en las afueras, por medio de barcos más pequeños y otras veces navegaban subutilizados, y Pemex ya tenía el José Colomo y Nuevo Laredo que eran su prototipo ideal. 

PMI, equilibrio en las compras y flexibilidad operativa 

Ahora bien, pensará usted ¿qué tiene que ver PMI en todo este rollo? Pues que para evitar todos los comités y burocracia estatal, se ha creado este organismo que es la interfase con muchos mercados como el de los buques petroleros y las importaciones de gasolina que contrata mediante brokers; pero además sale a buscar soluciones en tiempos de crisis como las del 11 de septiembre en que se colapsó el mercado de petróleo y PMI salió a buscar la gasolina para el país. Ahora bien, otro caso importante: PMI ha protegido a Pemex de la especulación en la compra de buques. Doy datos:  en la renovación de la flota marítima que tiene necesidades permanentes pues como lo hemos señalado; en la vertiente Pacifico no hay refinerías y ante la imposibilidad de construir ductos, se abastece mediante buques tanques. Se tienen 16 buques tanque; pero en la última renovación las ofertas mediante triangulaciones se hicieron presente y Pemex recibió ofertas de buques a 60 y 65 millones de dólares. PMI salió al mercado y consiguió precios de 33 millones en otras renovaciones de 37 y 39 millones, pues al operar de manera directa evita las licitaciones internacionales en las cuales los postores se ponen de acuerdo y actúan con sobreprecios para depredar a Pemex. Otro caso son los arrendamientos en que antaño se hacía uso de buques subarrendados. Es decir un funcionario de Pemex tenía datos de las rentas de buques. Se ponía de acuerdo con navieras o bien formaba su empresa y rentaban buques que no eran de ellos a sobre precios exorbitantes, ofertas que simulaban mediante licitaciones acordadas. Ahora bien ¿quieren que vuelvan esos tiempos?  Pues ¡adelante! Tal vez en este organismo sí exista algunas trazas de corrupción, ¡Pues límpienla! No sacrifiquen una enfermedad de la uña cortando el pie, al fin que en la 4T no hay corrupción.  

Categorías:Uncategorized

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